lunes, mayo 16, 2005

Notas.

En los confines del mundo humano, encontramos los limites del ser mismo, pues su ser lo delimita su mundo. La endocultura se convierte en una inquisición que lacera al ser en su naturaleza, para violentarlo y limitarlo en su potencia, auque esta vez lo hace de forma casi impetceptible. Mi ser es lo que mi mundo me demarca, el intento por romper esta regla alcanza niveles titanicos, se implica una labor ferrea que desgarrara las potencias y que solo es alcanzada, en venturosos casos, a costo de la cordura misma.