martes, enero 13, 2004

EL MAL..

El origen de la maldad se encuentra en el seno del alma humana, el hombre es el lobo del hombre, dentro de la esencia de su espíritu se encuentra adscrita la sentencia a la cual obedecen y por medio de la cual desarrolla su destino manifiesto.
La maldad humana ha sido por sí misma el origen y el destino de su creación, esa “voluntad” ha sido capas de auto-crearse y se halla en el quehacer de auto-destruirse. Buscar la esencia del mundo es encontrarse en algún momento con la verdad de que el individuo ha sido el origen de todos los males existentes, él y solo él es el responsable de la ejecución de las mas atrofiadas depravaciones creacionales y de su auto-consumación.

Intentar acercarse a la esencia humana es emprender una odisea en la cual habrán de enfrentarse a los demonios mas aterradores y se atravesaran los parajes mas peligrosos; es un caminar por la borda de un desfiladero con mas de un millón de metros de profundidad y estar con los ojos vendados. El espíritu del hombre es un abigarrado eterno de los más perversos males y una caja de Pandora eternamente llena de sorpresas indeseables.

La tarea que se propone el que excava el alma de los hombres, es una labor suicida y pocos han logrado salir con cordura de esas lides. Aunque nunca hace falta el mediocre imbecil que ha vivido eternamente en la infancia y que aun cree capas, o posible, loa existencia del bien y de la bondad humana. Confieso que yo mismo aun a mi avanzada edad aun confiero al ser humano una posibilidad de enfrentar a sus demonios e incluso de vencer a su espíritu mismo y trascender su condición de humano, para colonizar la tierra con una nueva especie, de la cual subsistirán solo algunos caracteres del viejo ser llamado “humano”, aunque no dejaría de ser tal, solamente adquiriría capacidades distintas y enfoques nuevos con respecto a su perspectiva de la vida