jueves, abril 17, 2003

LA MALDAD COMO INVENCION MORAL.

Los mares de la maldad inundan los espíritus de la humanidad entera, basta con lanzar una mirada a cualquiera de nuestros flancos y la prueba se evidenciara por sí misma, pero, ante una verdad clara y evidente como esta:
¿Por que tiene el ser humano tanto miedo a la maldad es acaso un temor legitimo, o es solo otra traba que la moral decadente del cristianismo, nos ha heredado?
A la impronta, la respuesta es difícil máxime ante una cuestión tan delicada y que sin duda altera las conciencias de todos nosotros, desde los más puros y santos, hasta aquellos que somos considerados personas non gratas. Pero, atreviéndonos a helar nuestras arterias moralistas y prestando más atención a lo que nos dicta la naturaleza misma, podemos deducir que la humanidad esta compuesta de la bondad y la maldad simultáneamente, sin ninguna forma definida de diferenciar, sino que por el contrario, en la naturaleza los dos polos (totalmente pertenecientes a lo humano) comparten espacialidad y la muerte de uno o su extinción es solo parte de un proceso, en donde el equilibrio prevalecerá y ninguno de los dos será destruido en su totalidad ( y para aquellos que gustan de las pruebas cientificistas, sírvanse para ejemplo de esto, de las leyes de la física, en donde nos demuestran que la energía no se crea ni destruye, sino que solo se transforma) así el hombre es componente de esa naturaleza y por ahora pareciera que la derrota, en tanto que no sabe él mismo que pronto llegará su hora de extinguirse.

Debemos entender finalmente que solamente somos energías, poderes y potencialidades, no somos el fin último de la evolución y la maldad se nos presenta a cada instante en recuerdo de que nosotros mismos formamos parte de ella, y a la vez somos quienes le damos vida.
Baste ya de tanta hipocresía, baste de vulgaridades, por qué negarnos a nuestra naturaleza misma. Dejemos fuera de nuestros horizontes, toda esa bola de concepciones inventadas y tergiversadas, despertemos al mundo tal cual se nos ofrece, limemos nuestras culpas con la madre tierra y reconciliémonos con nuestro espíritu animal que ha sido reprimido por tanto y tanto tiempo, disfrutemos de las mas prolongadas orgías, acabemos con nuestras morales pecaminosas, el pecado fue un invento de ya hace mucho tiempo pero al cual todavía rendimos pleitesía. Cometamos el tan anhelado parricidio, demos fin a los días de ese Dios corrupto y condicionante, nadie podría negarnos que es condicionante, por ejemplo: en la fábula que nos narran el génesis, le es negado, a los dos supuestos primeros habitantes, la posibilidad de probar de los frutos de 2 árboles, y cabe aquí la pregunta ¿no es eso ser egoísta y cobarde, no es eso monopolizar la sabiduría? Dejemos de ser dependientes de la ultramundaneidad, entendamos finalmente el destino que se nos manifiesta a cada instante: !la felicidad esta aquí¡ dejemos de convertir nuestras vidas en accidentes del pecado, y sigamos nuestros instintos, !bailemos¡ !disfrutemos la danza de la existencia¡ el deber del hombre es vivir conforme a la naturaleza de sus instintos, no negarse a sí mismo, beber el néctar meloso que emana de los vicios, follar con la vida y existir, existir, existir..