lunes, noviembre 08, 2004

BROMAS DE MEDIO DIA.

Salgo de la prepa, mis alumnos me entretienen cuestionándome sobre cosas burdas, busco inquietamente la puerta para salir caminando e ignorando a los que me buscan. Camino cuesta a bajo por una rampa de forma curva, a contra flujo de los que buscan la vida, me pregunto si será una ironía, pues siempre he viajado en sentido contrario y solo hasta ahora me he dado cuenta, alejo mis pasos, uno cada a cada vez del último que he dado, buscando andar por calles que no haya caminado recientemente, con ojo clínico reviso los anuncios, las casas, las gentes, los autos.... las vidas, son tan absurdas, pero en el viaje una situación me detiene y se burla de mi:

Un tipo sale de una oficina y abre su carro (modelo reciente) justo frente a él pasa una señora que lleva un niño en brazos y a otro jalando de la mano, el pequeño, que apeado anda, carga una caja (diablos casi era mas grande la caja que el niño) y la señora lleva colgadas en el brazo, que sostiene al bebe, otras dos cajas de igual tamaño. Con el rabillo del ojo miro el contraste, me burlo en mis adentros, cuestionando lo disparejo del asunto. El tipo mira al niño, mas mugrosito no podía andar el pobrecillo, y le dice que si quiere un “raite” el niño no entiende, y voltea a ver a su madre, el tipo pregunta a la señora hacia a dónde se dirige, ella contesta señalando el rumbo de su desdicha, el tipo se frota la cabeza (seña inequívoca de que lo desviara mucho de su ruta) analiza un poco la situación y después dice con voz amigable: Pues súbanse los llevo, pa’ que no te cases mijo (le dice al niño) ni tarde ni perezoso el hecho se efectúa; el tipo abre la puerta y suben sus mugrosos cuerpos; los niños y la señora. Para mis adentros me he quedado siguiendo lujurioso cada uno de los actos, será esto posible, justo cuando uno quiere encontrar el lado negro de las cosas, aparece un suceso que nos contradice, que se burla de nosotros, que nos da bofetadas de guante blanco. Cruzo la calle, apresurado por que ya se me ha hecho tarde, al final del día no se que nuevas cosas pasaran ni tampoco se que nuevas sorpresas me deparara la realidad, pero en este momento sonrío brevemente y me doy cuenta de lo tremendamente torpe que soy en ocasiones, pues la realidad va más allá de los garabatos que están en los textos, más allá de lo que se encuentra en la web, más allá de lo que la mente de un perverso como yo, puede imaginar.