martes, abril 29, 2003

EN CONTRA DE LA DESHUMANIZACIÓN.

En opinión de algunos, suficientemente informados e interesados, el lugar en donde bebe desembocar la filosofía y el pensamiento general es; la deshumanización. Otros, igualmente informados dirán lo contrario. En la humilde opinión mía, el camino de la deshumanización presenta una serie de aristas que lo hacen un tanto cuanto más complicado, pues en todo caso negar al ser humano y su naturaleza es exactamente lo que hasta ahora se ha venido haciendo (empezando por los detractores de la vida: los religiosos y aquí inclúyanse a toda clase de religiones que aman los paraísos post-terrenales) pues a pesar de que se hable de; la humanización del arte, las ciencias humanas y no sé cuanta cosa más, en realidad lo que se maneja dentro del concepto de Humano, es un artificio nacido de la idealización, una farsa cómica engendrada en la mente del escritor más destructivo y nocivo para lo netamente humano.

Todo es humano y debiera de ser en favor de él, más no así: solo es un fuego fatuo. Los sensualistas tienen mucha razón en fiarse solo de sus sentidos, pero más que aceptarlos totalmente, habrá que someterlos a juicio de la voluntad, de las pasiones, y si satisface a tales, no hay que discutir más.

He aquí una de las razones que encuentro para buscar lo verdadero del ser humano, -tómese aquí lo verdadero no por absoluto, ni mucho menos por algo que sea demostrable (si hay algo evidente, pero que a pesar de su evidencia requiere ser aprobado y comprobado a los demás, entonces no es nada)- lo que tiene carácter de verdad es: aquello que alimenta los impulsos de no trascendencia y si los impulsos de maxivivencia, esto es; que no se busca la recompensa en las cosas que están más allá de lo terrenal y que por el contrario buscan la satisfacción dentro de lo que se encuentra en las posibilidades inmediatas.

LO VITAL.

El mundo actual de los seres humanos es un caos total, y se pierde el tiempo en cosas absurdas e imaginativas tales como: el amor, el estudio, el trabajo y otro tanto numero de cosas igualmente perennes e improductivas -refiriéndome con improductivas a aquellas cosas que no generan beneficios pero no propiamente económicos, sino espirituales y sobre todo beneficios vitales-. Lo vital es, como bien lo refiere su nombre, aquello que fortifica los cuerpos y en esencia lo que los mantiene en vida, salvo que en el mundo contingente, en el que estamos, pareciera que tales impulsos vitales, ahora llamados incluso; vicios, estos ya no tienen cabida y nos alimentamos de cosas caducas y venenosas. “del agua estancada solo espera veneno” como diría el buen W. Blake, si nos estamos proveyendo de estas anti-pasiones, que niegan y desmeritan las pulsaciones vitales, solo podemos esperar tener una sociedad débil, impotente, remanso de incapacidad. Baste ya de eso, es tiempo de dejar a los leones de la voluptuosidad que deambulen por las calles, es tiempo de que las pasiones encuentren el sitio por donde salir a la luz y recrearse en la existencia misma.