martes, diciembre 21, 2004

APORIAS DEL AMOR.

La sobremesa y sus charlas son ocasiones especiales en donde, si quererlo, nacen temas por demás interesantes, dignos de ser puestos por escrito para después repasarlos y buscarles una conclusión, si acaso la hay, o bien; para definir la aporía ante la cual nos encontramos.
Tal es el motivo en esta ocasión, pues, platicando con una entrañable amiga, la cual profesa una religión de manera rigurosa, comentábamos sobre el amor y la religión, tema no del todo distante si recordamos por ejemplo a Batalille u otros autores. Pero principalmente discerníamos del Cómo en su religión había una premisa importante a este respecto. Sucede que me decía ella, que dos personas para unirse en una relación sentimental, era necesario que tuviesen la misma fe y la misma religión, pues si no esa relación en algún momento se volvería insostenible, de hecho ella me cito un fragmento de la Biblia, del cual ahora solo me atrevo a parafrasear, debido a mi desconocimiento real del texto, y decía algo mas o menos así: en la yunta es preciso que sean dos animales iguales los que tiren, pues si no, a la distancia, alguno ya no tiraría para el mismo lugar o con la misma fuerza. Por supuesto que la imagen me pareció, por principio, bastante, bastante bizarra, aunque en definitiva entendí el fondo de lo que allí se decía. Y de alguna forma lo justifico y lo acepto, pero… (siempre hay un pero) considero que cada quien en nuestra vida, tenemos, para bien o para mal, una particular forma de relacionarnos con el mundo, y sus divinidades o mundaneidades según se vea, lo cual no es negativo, según pienso, pues es la diferencia la que nos permite relacionarnos, en la diferencia existe el punto de comunión, el momento del encuentro entre los seres, pues si no, volveríamos a la indiferenciación parmenideana, hay que recordar que Parménides refiere al ser como uno y por lo tanto no existe el movimiento, así en el acaso de los hombres, si todos fuéramos iguales no podríamos interactuar.
Lo que me causo corto circuito en la mente, no fue tanto la imagen que se manejo aquí, sino en realidad, lo que me molesto es este carácter elitista-sectario-racista, de la separación entre impíos y elegidos. Pues, según entiendo, y discúlpese mi ignorancia de la materia, las religiones por principio proclaman la igualdad entre los hombres, el amor entre ellos y la posibilidad de la redención. Principio que veo violentado en esta idea. Pues lo entiendo mas, como un nuevo apertheid. La separación, la segregación, la división de una elite basada en la creencia, cosa que suponía ya superada hace mucho tiempo. Las religiones, aunque lo nieguen o no lo hayan notado, solamente están refinando estos sistemas de separación y contradicen sus principios, pues solo la conversión nos vuelve iguales, y eso, discúlpome de nueva cuenta, creo que es: una soberana estupidez.

Nota: me disculpo si esto ofende la sensibilidad de alguno de ustedes. El presente es solo un pensamiento en voz alta, una de esas ideas que te remuerde el cerebro y que necesita manifestarse.